Cuenta tus bienes / Güero

Han pasado ya los primeros seis meses de 2021. En un abrir y cerrar de ojos se ha ido el primer semestre del año posterior al comienzo de la pandemia. Qué rápido transcurre el tiempo en el ínter híbrido de casa y oficina, de videollamadas y vuelta a la normalidad presencial.

Hoy quiero compartirles sobre una técnica practicada desde la antigüedad. La leí en un libro de uno de los escritores best sellers norteamericanos, Dale Carnegie. Carnegie es recordado principalmente por su obra maestra “Cómo ganar amigos e influir en las personas”. En dicha publicación recoge las experiencias prácticas que los hombres de negocios y personas en general deben emplear en cuanto a comunicación y relaciones humanas para mejorar su convivencia con los demás. Este mismo autor es quien recopila de una forma majestuosa la técnica que abordaré en esta ocasión. Se trata del agradecimiento.

Cuenta tus bienes y no tus males. En una entrevista que le realizaron a Oprah Winfrey, empresaria y comunicadora afroamericana, Winfrey mencionó una frase célebre relacionada a esta afirmación de ver lo que tenemos y no lo que nos falta: “ Sé agradecido por lo que tienes; terminarás teniendo más. Si te concentras en lo que no tienes, nunca, pero nunca tendrás lo suficiente”. Una verdad absoluta e irrebatible, sin duda. Sin embargo, la naturaleza humana usualmente nos pone en el pensar contrario, siempre haciendo un balance de lo que nos falta, de lo que deseamos tener. Para entender un poco mas al respecto basta con observar a los niños. Soy padre de familia, recuerdo que cuando mis hijos eran más pequeños y expresaban sus deseos de tener tal o cual juguete, no paraban hasta que lo obtenían; una vez lo tenían en sus manos, cuando daban por hecha su adquisición, entonces mencionaban que les faltaba otro que era parte de la colección. En suma, no apreciaban lo que ya tenían, echaban de menos lo que no. Y eso es un estado de no apreciación, de contar lo que falta y no lo que se tiene.

Carnegie, en Cómo suprimir las preocupaciones y disfrutar de la vida, hace referencia a una persona humilde, que se sentía mal porque no tenía los medios suficientes para comprarse un par de zapatos, hasta que conoció a alguien que no tenía pies. Y es que estamos programados en automático para buscar vacíos, sobre todo materiales, para compararnos con los demás y medir así nuestra valía y éxito.

Soy un creyente de que en estos tiempos digitales que corren, en el que importa de sobremanera los “me gusta”, los “comentarios” y el “compartir”, es más importante que nunca antes el vivir para uno mismo y no para los demás. No hay porque aparentar en las redes sociales, no hay razón para vender una imagen que en realidad no se corresponde con la realidad. Mejor vivir para uno mismo desde la congruencia que para los demás desde la apariencia.

Pero, ¿cómo se pone en práctica el principio del agradecimiento? Es un breve ejercicio que consta de no más allá de unos minutos. Cada mañana al despertar, antes de siquiera revisar el celular o las noticias, date un espacio para cerrar los ojos, para, de forma introspectiva, ponerte en modo de gratitud.

Comienza por lo más básico: la vida y la salud. Continúa por el hogar en el que vives, que te permite resguardarte de las inclemencias del tiempo, conformar una familia unida y libre de violencia. Sigue dando gracias por tener a una pareja que amas y te ama, que te ayuda a criar una sólida descendencia. Procede con reverenciar el trabajo que desempeñas, mediante el cual se dignifica tu persona y permite brindar educación de calidad a los tuyos, alimentación sana y variada, entre otras. Finaliza con los amigos, aquellos soportes, pilares, redes de apoyo que siempre están ahí para cuando los necesitas, de forma desinteresada. Hay más, mucho más por lo que agradecer, te doy una guía solamente para comenzar.

Practíca a manera de hábito, hazlo un día sí y otro también, de tal suerte que se convierta en una rutina diaria, como lavarse los dientes. Al principio te costará un poco, después te saldrá solito, sin trabajo alguno. Recuerda, quien comienza el día con una oración, termina su jornada con la bendición.        

La opinión de César Omar Ramírez de León: Empresario, maestro en psicoterapia gestalt adultos y capacitador en gestión efectiva de recursos humanos.